sábado, 11 de junio de 2022

Oximoron : no soy digno de que me rescates pagina 1 tomo 2 , escrita por Javier Solis

 Oximoron : no soy digno de que me rescates

pagina 1 tomo 2 , escrita por Javier Solis


En la luna Ceres XIX que orbita al último planeta del sistema solar Calígula , mientras la gélida oscuridad cubre un pequeño poblado y las bebidas vienen y van , entre las mesas de un reducido bar se escucha una acalorada discusión entre un anciano Keratiano y un joven oficial imperial del Instituto psiquiátrico Imperial , llamado amorosamente "IpI" , se golpea la mesa con furia y el anciano Keratiano reclama la falta de compromiso del oficial imperial que goza con los reclamos del anciano , ya que el oficial imperial goza de la compañía de cuatro custodios del "IpI" , se discute por la comodidad de un interno y como este aún no se encuentra en libertad , el anciano Keratiano es de complexión delgada , su cuerpo reluciente demuestra su estatus entre la nobleza del planeta Ker , con su cabello platinado amarrada con una trenza con un remate de madera con los colores de la familia Shipman .

De la nada aparece un golpe y con la ayuda de una manopla de metal que adorna la mano izquierda del joven oficial imperial , el anciano rebota en el piso de madera del bar con su boca rebosando de una espesa sangre amarilla que corre entre su piel metálica reluciente y pulida con una tonalidad verdosa .

El oficial hace saber que el anciano Keratiano pago y acordó para que el interno de "IpI" no estuviera sedado todo el tiempo , sobre su libertad o seguridad se le comunica entre risas que la cantidad a pagar deberá superar la que el tío del interno del "IPi" le transfiere al cónsul imperial del planeta Ker , de donde es originario el interno número 15851 , quienes levantan al anciano con lujo de barbarismos son los subalternos del oficial imperial , dos custodios sostienen al anciano y los otros dos le acomodan algunos golpes a la luz tenue del bar que ante el espectáculo conserva un ruidoso silencio , el oficial imperial se ríe y mencionando que mañana es día de visita , que no se lo puede perder el anciano Keratiano , se da una amenaza pintoresca al decirle al anciano que mañana verá el resultado por el que pago , el oficial con suavidad toca su rostro lustroso y metalizado , marcando en su propia anatomía donde encontraría los daños causados por la postura del anciano , el resultado de su altanería adornaría por meses el rostro del interno 15851 , el anciano trata de mediar y se disculpa , el viejo humanoide se humilla ante el oficial imperial , todo este espectáculo a sido disfrutado por quizás cuatro o cinco clientes del bar que han tenido a bien ver hacia otro lado , mientras se dio ese pequeño espectáculo . 

Sin más que hablar , se le entregan algunos créditos al oficial imperial para resarcirlo , todos los miembros del "IpI" se retiran entre risas y mencionando al cantinero que el anciano Keratiano pagara lo bebido y las posibles averías al establecimiento , el anciano tiene lo blanco de sus ojos de un tono anaranjado , queriendo llorar de rabia más que dolor , un extraño viajero se mueve del interior de las luces tenues del bar con vestiduras grises y mullidas , una máscara metálica que da aislamiento térmico , el viajero se disculpa por no ayudar , mencionando que está de paso por el poblado y escucho todo , pide poder sentarse y acompañar al anciano Keratiano , expresando que se podría rescatar al interno en "IpI" .


-déjeme adivinar mi amigo , yo entregare una cantidad significativa por el rescate de mi amo y luego a usted , no lo volveré a ver jamás 

Mejor le sugiero desenvainar el estilete a su cinto o quizás su arma de energía y asaltarme directamente , le prometo no oponer una resistencia significativa (Ogigo)


-por sus palabras deduzco que no es la primera vez que se le ofrece una solución más viable para la libertad de su amo , por cierto mi nombre es Killik Neven y le propongo pagarme la libertad de su amo al estar en su presencia (Kilik)



Oximoron : no soy digno de que me rescates

pagina 1 tomo 2 , escrita por Javier Solis

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