Oximoron : aunque camine en el valle de muerte
pagina 11 tomo 4 , escrita por Javier Solis
-magnífico en verdad , mi amo estará complacido de ver como sus adquisiciones valen la pena , tu actuar Kaeso fue espectacular , aunque al final creo que la ira corrompió tu trabajo cuando el esclavo se adhirió a tu retaguardia , entre los blancos de su soga ...
Sylys tú eres el alma de los tuyos , esperaste hasta que tu compañero ya no podía , para reformarlo y así impulsar tu misión , aunque debo decirles que dos petos quedaron al centro (Cneo)
Cneo entrega un delgado látigo de cuero a uno de los centuriones y pide que Sylys decida quien de todos sus compañeros será azotado por las piezas que no fueron movidas , Darad es voluntario disculpándose por fallar al detener al centurión , aunque Sylys menciona que ya está desnudo y así sus ropas blancas no se mancharan de sangre , se dan diez azotes al esclavo de piel suave y se sigue el entrenamiento sin ver el pasado , las órdenes se giran y se les pide a los esclavos colocarle la armadura al centurión Kaeso , cada pieza que es colocada sobre la anatomía del Kaeso , se explica su utilidad y sus conexiones eléctricas entre ellas , la armadura puede absorber daño a un nivel casi de artillería , pero que en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo la armadura se convierte en un ataúd , el mayordomo en jefe hace ver que lo grueso de las pieles metalizadas hace formidables guerreros a los nacidos en el sistema solar Calígula , aunque estos no dejan de ser formas biológicas , exaltando la maniobra de Sylys que aún se muestra con lágrimas en sus ojos , a los dos centuriones restantes se les pide combatir sin sus armaduras , es un Germinythas en contra de un Lantadita , los centuriones son muy agresivos y no detienen sus fuerzas aun siendo amigos y hermanos de batalla , golpes bajos son parte del repertorio de los dos veteranos , a una palabra del mayordomo cesan las hostilidades y se pide que tanto Natan como Kilik combatan , estos son muy suaves en sus ataques y sin más el mayordomo en jefe dicta tres azotes más en contra de Sylys , se trata de mediar con Cneo , pero reptiliano les recuerda que son esclavos y que sus voces son nada , luego del tercer azote Cneo le entrega una pequeña cápsula a Sylys y a Darad , pidiendo consumirla , a un aplauso del mayordomo en jefe el holograma que formaba el reloj se fragmenta y forma varias ambientes del planeta Volchanus entre dunas , valles y montañas .
Se ve el horror de la guerra y como los Samarios lanzaron enormes esferas metálicas en contra del planeta desde sus naves de guerra , dichas esferas al impactar soltaban de su interior a tropas de mercenario y tres gigantes metálicos por cada esfera , los centuriones que pelearon la gran batalla de "Dis Pater" se movían en unidades y sus primeros objetivos eran los enormes robots de veinte metros de altura , las imágenes son rudas con tintes oscos , se ve en una de los escenarios representados como las armas de energía golpean a los centuriones que no detenían el avance en contra de las unidades mecanizadas de los Samarios , aunque variaban sus tácticas al enfrentarse a los mercenarios y ocupando cúmulos de armaduras como barricadas y se lanzaban desnudos al combate , con solo un arma de energía y sus espadas cortas .
Darad le pregunta a Sylys si está bien , ya que el esclavo de piel suave que fue azotado ya no se queja , lo mismo le pregunta Sylys sobre el dolor en sus costillas a Darad , de un revés de su cola Cneo flagela a Darad y Sylys se les pide poner atención y expresando el porqué esos centuriones sobrevivieron a la última gran batalla en las ardientes arenas de Volchanus .
-el planeta Volchanus era una trampa de arena , la intención siempre fue retener a los Samarios en su órbita y esperar los refuerzos exteriores , aunque debemos aceptar que las energías vitales que se perdieron no fueron honradas con lo ofrecido por el emperador y el senado
Tampoco los que sobrevivieron tuvieron las recompensas ofrecidas
La gran batalla de Dis Pater fue ganada por los Samarios , pero sus naves galácticas cayeron como estrellas fugaces sobre él arrido Volchanus (Cneo)
Oximoron : aunque camine en el valle de muerte
pagina 11 tomo 4 , escrita por Javier Solis
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