Oximoron : aunque camine en el valle de muerte
pagina 12 tomo 4 , escrita por Javier Solis
-las naves imperiales se esfumaron de la órbita del árido y congelado planeta , mediante un comunicado el general Miorales giro las órdenes para que se entregara doce horas antes de iniciar la batalla de Dis Pater armas , armaduras y esas mismas cápsulas que los esclavos saborean
Así sin dolor en nuestras anatomías acumulamos disparos , cortaduras y la perdida de nuestras extremidades sin temor a la muerte
Fuimos cientos los lisiados que esperamos lo ofrecido por el senado en los hospitales de campaña , se nos dio unas condecoraciones en un metal corriente , las armaduras y armas fue la compensación por nuestros años de servicio (Kaeso)
Se le ordena a Sylys luchar contra Natan y se da una feroz lucha , por algunos minutos los contrincantes mantuvieron el mismo nivel , pero al final el contenido de la cápsula le dio la victoria a un malherido y cansado Sylys , se explica al terminar la pelea de los esclavos como una batalla perdida puede ser con lo que se gana la guerra , el mayordomo Cneo Neven admite ser un antiguo mercenario al servicio de los derrotados Samarios , que luego fue propiedad del imperio .
Así iniciaron los extraños entrenamientos y las visitas a la enfermería en la guarnición bajo de la mansión , cada noche se peleaba contra las distintas especies que conformaban el ejército imperial y se desglosaban sus debilidades , aunque los azotes en contra de los esclavos jamás cesaron , aunque si variaron quien los adquiría , cada noche antes de entrenar se contaban sus días aquellos jóvenes esclavos y se pensaba alguna forma de derrocar al imperio , todas las ideas llevaban a una triste realidad , guerra .
El gran amo Publio Elio Adriano se deleitaba con los avances de sus protegidos , el mayordomo Cneo explicaba y pedía permiso para escalar los entrenamientos .
Sylys aún no controla el casco de corte , aunque su habilidad con la soldadura es admirable , pero mientras divagaba entre los jardines alrededor de la mansión localizo un vehículo interestelar , de seis metros de largo , por un metro y medio de alto , dos y medio de ancho , con un bello color que alguna vez fue celeste , una constelación de superficies corroídas y oxidadas adornan el exterior del vehículo que posee un sistema de levitación por superconductores e impulsado por turbinas iónicas a sus costados grácilmente incorporados a la carrocería , fue interesante y perturbador que el vehículo interestelar para dos pasajeros fuera usado como mesa o andamio por parte de Aulus .
El fornido ayudante Appius hace ver al aprendiz de piel suave como al cruzar unos cables el deteriorado vehículo puede desplazarse , aunque bajo los gritos de Aulus el bípedo de piel suave salido de Terra MCMLXXVI y que con agilidad estaba abaja del vehículo es reprendido y sigue su entrenamiento con la unidad de corte a presión , a regañadientes Sylys enfoca sus pensamientos traspasando la dura roca y quejándose de que no puede concentrarse .
Natan ya les sirve directamente a los centuriones estacionados en la guarnición bajo la mansión , se relata sobre un centurión que no sale de la guarnición , este es de tres metros de alto y con seis extremidades superiores , con vellosidades rubias , alrededor del inmenso centurión se encuentran enormes cajas metálicas siempre que se les sirve el monumental tazón de comida , la frecuencia con las que cambia la seguridad en la mansión solo las sabe el veterano pretoriano Sila Félix , en ocasiones las rondas son de una o tres horas , se despliegan unidades compuestas de veinte centuriones .
Se ve a Darad entre los pasillos de la mansión dando mantenimientos a los pequeños robots , fue de gran interés el vehículo interestelar encontrado en los jardines de la mansión , Darad ya tiene planos y diagramas internos , muy fácil como le dijo el técnico Quintus al mencionar un escape de la primera capa artificial del planeta Germánico , se le describe como son muy comunes en todo el sistema solar estos vehículos , por su bajo mantenimiento y autonomía .
Oximoron : aunque camine en el valle de muerte
pagina 12 tomo 4 , escrita por Javier Solis
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