Oximoron : aunque camine en el valle de muerte
pagina 3 tomo 4 , escrita por Javier Solis
Una luz azul marca el término de la inspección médica y la plancha metálica baja , el cubo transparente les pide recoger sus ropas a los esclavos y proseguir con su amo , se moviliza el comerciante beloniano hasta un pasillo donde en el piso se encuentra una banda mecánica que mueve a los viajeros , un enorme salón es el final de la banda mecánica y así termina la asistencia del cubo transparente que sube al techo , ahí se espera el transporte a la tercera capa artificial .
Que sorpresa al saber que están prohibidos cualquier tipo de transporte aéreo en las tres capas exteriores del planeta , ya que abajo de cada uno de los enormes anillos que forman las capas artificiales se encuentran varias unidades de artillería , totalmente automatizadas , para trasportarse entre las capas artificiales y el mismo planeta grandes esferas metálicas suben y bajan guiadas por un sistema antigravedad que están automatizados , son llamadas "Sleipnir" , una monumental esfera de un color azulado toca la estructura del puerto espacial Escipión y es detenida por un sistema de bolsas de aire , las grandes puertas de la esfera metálica azulosa se abren y dan la bienvenida al planeta Germánico en quizás treinta o cuarenta distintos idiomas , por los altavoces se ordena la entrada de cargas y luego los viajeros .
Al abrirse otra vez las puertas de la inmensa esfera azul "Sleipnir" el impacto visual atonta a los esclavos de piel suave , la puerta imperial de Vipsanio es una de tantas conectadas a las estaciones espaciales que sirven como puertos espaciales y como tal hay un sin fin de especies alienígenas que entran y salen del sistema solar , a la par de los esclavos de piel suave pasa la comitiva de un político de la luna Helheim que está atado al blanco planeta Volchanus , el séquito de este político es conformado por seres humanoides alados de treinta centímetros de alto con formas femeninas que revolotean alrededor de su patrón u amo , frente a Publio Elio Adriano de Neven se da una graciosa reverencia y luego un apretón de manos por parte de un ser bípedo de piel escamosa de una tonalidad azul sobre su anatomía , de ciento cincuenta centímetros de estatura , con cuatro extremidades superiores , el idioma utilizado por los comerciantes no es el auro , cada vez que los esclavos de piel suave giran sus cabezas se maravillan con la diversidad de especies que caminan a sus alrededores , uno enorme gigante metálico de quizás veinte metros se mueve para admiración de los esclavos que al inicio creyeron que era una estatua , caminando a dos metros de su amo se mueven los esclavos , el enorme robot fue obtenido de las guerras Samarias , estos robots fueron el músculo entre el ejército de los Samarios , aunque se les dice que el rostro dorado que porta el colosal robot es la del mismísimo emperador Carl Auer Praseodimio .
De golpe y sin ningún tipo de tacto está un joven patricio que se presenta como Lucioo Marius , es el hijo del senador Cayo Marius del planeta Lantano y explica que ha sido ofendido por uno de los esclavos que acompañan a Publio Elio Adriano , mencionando un murmullo y una mala mirada , que con claridad escucho como se maldecía su apellido patricio , es una extorsión en toda la extensión de la palabra la que el joven Lantadita desea hacer válida , el joven patricio a manipulado la conversación , mencionando el poder de su padre y que una guerra entre familias podría llevar a la ruina al diminuto comerciante , con brusquedad y sin educación se a evitado que el comerciante trate de hablar , la perorata del joven patricio está diseñada para amedrentar a los viajeros , a esta discusión se une un joven oficial pretoriano , que trata de mediar en la discusión , recalcando la fortaleza de la familia Marius y sus conexiones en todo el sistema solar , se hace una pausa marcada para que el comerciante hable y ofrezca un acuerdo económico , aunque esto no se da , es ya sabido este truco hecho por el patricio y el pretoriano por el veterano Neodimio .
Oximoron : aunque camine en el valle de muerte
pagina 3 tomo 4 , escrita por Javier Solis
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