Tercero al poder , "Mentira , suerte y destino"
pagina 39 - tomo 1
escrito por Javier Solis
En el interior de la cajita de madera hay un bellísimo anillo de plata con el mismo símbolo sobre la cajita y una nota con un agradable aroma , al abrirla la nota veo que es de Evangelin Romanov aquella fémina letal leal al emperador , aquella bella mujer me expresa la pena de no haberme devuelto mi pañuelo y la forma tan clandestina de entregarme este presente a escondidas de todos , principalmente de mi joven esposa , explicando que no fue fácil saber de quién era el pañuelo recordándome que soy un noble diminuto alrededor del emperador , extendiéndome una propuesta de amistad conmigo si así yo lo deseo y la forma de confirmar la amistad , es simplemente portar el anillo de plata .
La verdad cuando le entregue mi pañuelo con letras bordadas con hilos de plata fue por un temor palpitante , su belleza y letalidad jugaron a mi favor o encontrá dependiendo del momento que recuerde ese suceso , no diré nada de este hecho peculiar en la vida de este noble que interpreto , a nadie , al llegar a la mansión el cochero se disculpa otra vez y me pide olvidar su estupidez , soy recibido por el mayordomo y mi esposa , los cuales me preguntan como estuvo la fiesta y que obtuve de los nobles , estos dos revolucionarios vienen muy risueños y hacen como que me entregan un reporte de su misión en mi despacho , mientras me sirvo un vaso de cognac .
-muy reveladora ya les contaré (Janus)
No he terminado de hablar con mi esposa y el mayordomo , cuando el portón de mi mansión es golpeado por un mensajero que me lleva una carta , la orden que le dieron al mensajero fue entregarme la carta en mi mano , a sabiendas de que hace una hora arribe a mi hogar , con miedo acepte la carta en el pensamiento que podría ser una nueva nota de mi amiga Evangelin Romanov , es una carta ¿de mi amigo león? , todos preguntan que nuevo sangre azul es mi amigo y porque usa un tótem felino .
Tercero al poder , "Mentira , suerte y destino"
pagina 39 - tomo 1
escrito por Javier Solis
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